A veces resulta extraña la forma cómo los círculos se cierran. La redacción final del siguiente texto coincidió con la primera semana de noviembre, mi última en Montreal. Va pues:
En Francia, Ellias (Marc-André Grondin) se destaca como diseñador de modas, el sueño húmedo colonialista de quien haya nacido y provenga de Quebec. Porque triunfar en Francia es triunfar en el mundo entero. No muy diferente al de “internacionalizarse” en España para un artista mexicano, por ejemplo. (De México a España, ¿Paulina Rubio sería el ejemplo más palpable?) De repente, coincidiendo con su apoteosis como el diseñador principal de una gran casa de modas parisina de alta costura, Ellias Barnès debe volver a Canadá porque su padre ha muerto. A pesar del enfriamiento de años de su relación, es el único pariente cercano a ocuparse del asunto. Todo se ha organizado para que él pueda cumplir con el compromiso y salir de ahí lo más pronto posible: entrevistarse con un abogado para el proceso sucesorio, vaciar la casa del padre y donar sus muebles a una asociación de beneficencia, llevar a cabo el funeral y la cremación. Sin embargo, al escudriñar los diferentes rincones de la casa se topa con un secreto terrible y se le presentan diversas de decisiones para evitar que el posible escándalo dañe su impecable imagen pública.
En Francia, Ellias (Marc-André Grondin) se destaca como diseñador de modas, el sueño húmedo colonialista de quien haya nacido y provenga de Quebec. Porque triunfar en Francia es triunfar en el mundo entero. No muy diferente al de “internacionalizarse” en España para un artista mexicano, por ejemplo. (De México a España, ¿Paulina Rubio sería el ejemplo más palpable?) De repente, coincidiendo con su apoteosis como el diseñador principal de una gran casa de modas parisina de alta costura, Ellias Barnès debe volver a Canadá porque su padre ha muerto. A pesar del enfriamiento de años de su relación, es el único pariente cercano a ocuparse del asunto. Todo se ha organizado para que él pueda cumplir con el compromiso y salir de ahí lo más pronto posible: entrevistarse con un abogado para el proceso sucesorio, vaciar la casa del padre y donar sus muebles a una asociación de beneficencia, llevar a cabo el funeral y la cremación. Sin embargo, al escudriñar los diferentes rincones de la casa se topa con un secreto terrible y se le presentan diversas de decisiones para evitar que el posible escándalo dañe su impecable imagen pública.
(El resto, en algún momento de diciembre).
