Un autógrafo invaluable


Me encontré el autógrafo que acompaña este texto junto a un DVD de la película El estudiante de un tal Roberto Girault. Seguramente fue obtenido (quiero pensar que más bien dado) en alguna conferencia impartida por el actor Jorge Lavat, en un ciclo que le sacaba provecho al éxito taquillero de dicha cinta. La mera verdad no tuve el valor para ver El estudiante. La puse en el aparato y le echaba un ojo de vez en cuando mientras trabajaba en la computadora. Creo que esa atención a medias es todo lo que se merece esta cursilería.
La película es sobre un señor ya jubilado que decide retomar los estudios en una universidad de Guanajuato (el largometraje parece comercial turístico y preciosista para anunciar este estado). La primera risa que me arrancó El estudiante fue ver al personaje sonriendo como imbécil durante un discurso del rector de la universidad ya que está ansioso por emprender sus estudios. La risa se volvió horror al verles entre las manos a estos títeres de la ficción un ejemplar del Quijote. Títeres que el propio Alonso Quijano habría decapitado en su locura. Por supuesto, en un principio los jóvenes a su alrededor miran al viejo con sorna. Pero como ésta es una ñoñería digna de la época de dizque oro del dizque cine mexicano, pronto los jóvenes serán conquistados por la amabilidad del señor. En el colmo del moralismo y la mochez, habrá por ahí hasta un aborto impedido. Claro, el inseminador no fue el señor protagonista. Claro que no. Sino un maestro pasado de lanza. O al menos creo que así fue. El señor queda viudo. Lágrima obligada. Y al final entre tanta melcocha y empalague ya no alcancé a ver la conclusión del filme. Importa poco.
A continuación, una lista de personas susceptibles a caer en el encanto de la película El estudiante: diabéticos suicidas, venerables ancianitos en la tercera edad o en la plenitud o en la mayoría de su adultez o en el último eufemismo vomitado por los medios de comunicación en ese renovado afán por no decirles de frente "viejos", señoras altamente sensibles a las altisonancias y a las escenas de sexo que ya son lugares comunes tanto en el bueno como en el mal cine mexicano contemporáneo, personitas que no leyeron o que leyeron muy por encima el Quijote y que retienen en su ingenua trasnochez el concepto romántico de la novela o aquéllas que supeditan dicha lectura al pernicioso musical Man of La Mancha. Por último, fanáticas de don Jorge Lavat.
Definitivamente, un autógrafo invaluable.

Bajo su propio riesgo, el avance: http://www.youtube.com/watch?v=f54gll_dWJo Con sólo leer los comentarios puestos debajo del avance en YouTube por los usuarios se comprueba el nivel que tenemos en cuanto a apreciación cinematográfica se refiere. No se diga en cuanto a ortografía. Es eso o quizás yo esté muy mal. Quién sabe. Ah, para rematar, en la escuela de la Y me están pidiendo que les lleve un DVD de El estudiante para ponérselos a los alumnos de español. Viva el club de los optimistas.