Tilda es amor


Tilda Swinton es amor. Así, sin más. Esta mujer de piernas largas, rostro alienígena y apariencia un tanto andrógina (la cual explotó muy bien en la primera película en la cual la vi, Orlando de 1992) es el amor. Lo demuestra en Io sono l'amore (2009), la historia de los Recchi, una familia adinerada de Milán cuya matriarca es Emma, una mujer rusa que se convirtió en italiana años atrás cuando se casó con el hijo de un industrial textil. Ahora ella es la madre de tres hijos que seguramente heredarán el imperio del abuelo. Todo en su vida parece planeado a la perfección, todo alrededor de ella se nota limpio, caro, lujoso, bello. Sin embargo, pronto el equilibrio se verá alterado. Como imitando la libertad representada por un amorío lésbico de su hija, pronto Emma se enamorará de un amigo de su hijo mayor que es además chef. La pasión que debiera reflejar esta trama muy a imitación de Madame Bovary -personaje con quien incluso la señora Recchi comparte el nombre de pila- se diluye ante el preciosismo de la puerta en escena del director italiano Luca Guadagnino. Sin embargo, no deja de ser crédito obligado para los fanáticos de Tilda Swinton.

El avance: http://www.youtube.com/watch?v=TZBrWVvn9xA