No es común para mí ver dos excelentes cintas de Argentina en menos de una semana. Así me pasó con los créditos de Campanella y Lucrecia Martel. La mujer sin cabeza (2008), obra más reciente de ésta, cuenta la historia de una mujer pequeño-burguesa que tras distraerse atropella algo o a alguien en una carretera rural poco transitada. El golpe que se da en la cabeza (o quizás una especie de culpa) la hace comportarse de manera errática y confusa. La anécdota es simple pretexto para analizar la diferencia de clases en nuestros países latinoamericanos, la forma en que una clase se relaciona con otra y la típica reacción del "aquí no pasa nada" cuando se tiene la sartén social por el mango. Sin duda tan excelente como La niña santa (2004), también autoría de Martel.
No es común para mí ver dos excelentes cintas de Argentina en menos de una semana. Así me pasó con los créditos de Campanella y Lucrecia Martel. La mujer sin cabeza (2008), obra más reciente de ésta, cuenta la historia de una mujer pequeño-burguesa que tras distraerse atropella algo o a alguien en una carretera rural poco transitada. El golpe que se da en la cabeza (o quizás una especie de culpa) la hace comportarse de manera errática y confusa. La anécdota es simple pretexto para analizar la diferencia de clases en nuestros países latinoamericanos, la forma en que una clase se relaciona con otra y la típica reacción del "aquí no pasa nada" cuando se tiene la sartén social por el mango. Sin duda tan excelente como La niña santa (2004), también autoría de Martel.