La Alicia de Burton


De los directores bien ubicados bajo el ala protectora de los grandes estudios hollywoodenses entre los pocos que me gustan está Tim Burton. Siempre que voy al cine a ver alguna de sus cintas quedo satisfecho. No entusiasmado ni con un cambio radical en mi forma de ver el cine. Sólo satisfecho. Tal vez porque sus temas, su estética y su humor me agradan. Puedo identificarme con ellos. Por eso, a pesar de la publicidad, de estar en esta ocasión bajo las órdenes de Disney y de los efectos especiales o la tercera dimensión; a pesar de todo eso, Alicia en el país de las maravillas (Alice in Wonderland, 2010) me gustó.
En esta reescritura -sino por completo de la obra de Lewis Carroll, aunque sí de las muchas otras versiones fílmicas basadas en sus libros- Alicia (Mia Wasikowska) es una joven a punto de comprometerse con quien todos a su alrededor quieren que se case. Ella sin embargo, con toda su rareza a cuestas, escapa de la sorpresiva fiesta de compromiso para perseguir a la liebre y, como ya sabemos, caer por la madriguera hacia el reino que ahora ha olvidado, que no permanece en su memoria más que como la lejana reminiscencia de un sueño infantil. Ahí, en el reino que alguna vez visitó siendo niña, necesitarán de su ayuda para liberarse de la cruel Reina de Corazones (deliciosa interpretación de Helena Bonham Carter, actual esposa de Burton). Eso, por supuesto, con la ayuda de sus amigos de antes. Entre ellos, el Sombrerero Loco (Johnny Depp en tenebrosa combinación entre Madonna y Carrot Top). A lo largo de la historia, Alicia se verá obligada a cuestionar su aparente poca valía y crecer tomando el puesto de heroína para degollar al monstruo que acecha el reino y que según una profecía sólo Alicia -aquélla que siendo niña los visitó- podrá matar.
Con una historia de cierta sustancia y sin que los efectos especiales pasen al primer plano, la Alicia de Burton logra su cometido: entretener y -¿por qué no?- aleccionar. En especial a las niñas que vayan a verla a no aceptar los designios de una sociedad encorsetada, a ser tan raras como les plazca y a degollar monstruos pensando en cosas imposibles. En este caso, a diferencia de Avatar, sí están justificadas las ya tres semanas de líder entre las taquilleras. Tim Burton volvió a atinarle a la fórmula del éxito y sin traicionarse.

El innecesario -por estar en todas partes- avance: http://www.youtube.com/watch?v=LjMkNrX60mA