Joyas que vi de chiquillo (XII)


No recuerdo en qué momento de mi infancia la vi. Sin embargo, lo hice. Fue en aquella etapa en que mis hermanas y yo veíamos películas en el videodisco de la RCA. Es decir, tuvo que haber sido entre los 8 y los 10. Y sí, desde entonces algunas de sus imágenes a colores, de esos colores tan vívidos que permanecen inevitablemente en la memoria, se quedaron en mi mente y vuelven a mí de vez en cuando. Aunque no entendiera del todo su mensaje (el fondo de la historia), la forma se tornó sin duda cautivadora. Hoy —la obsesión por una actividad artística, lo tentador que es involucrarse en una tratando fútilmente de alcanzar la perfección— comprendo un poco mejor. Se trata de Las zapatillas rojas (1948) de Michael Powell y Emeric Pressburger.

(En algún momento del verano, llegará el resto).